La arcilla negra, también conocida como arcilla volcánica, es una de las más ricas en minerales y oligoelementos. Su origen en zonas volcánicas le confiere una alta concentración de elementos como hierro, sodio, zinc, potasio, cobre, silicio, azufre y magnesio, lo que la convierte en una aliada poderosa para tratamientos cosméticos y terapéuticos.
Ingredientes principales
- Hierro y magnesio: revitalizan la piel y mejoran la circulación.
- Silicio y zinc: favorecen la producción de colágeno y elastina.
- Azufre: combate toxinas y bacterias.
- Sodio y potasio: exfolian y eliminan células muertas.
- Cobre: mejora la elasticidad y firmeza de la piel.
Propiedades destacadas
- Desintoxicante profunda: elimina toxinas, metales pesados e impurezas.
- Antiinflamatoria: reduce rojeces, irritaciones y dolores musculares.
- Purificante y absorbente: regula el sebo y limpia los poros.
- Revitalizante: mejora el tono de la piel y aporta energía.
- Cicatrizante: ayuda a regenerar tejidos dañados.
- Antiestrés y relajante: ideal para baños y cataplasmas corporales.
Modo de uso
- Preparación: Mezclar 2 cucharadas de arcilla negra con 1 de agua mineral, agua de rosas o aceite vegetal hasta formar una pasta suave. Evitar utensilios metálicos.
- Aplicación facial: Aplicar sobre el rostro limpio, evitando el contorno de ojos. Dejar actuar 20–30 minutos y retirar con agua fresca realizando movimientos circulares.
- Aplicación capilar: Aplicar en el cuero cabelludo para estimular la circulación y eliminar toxinas. Dejar actuar 15 minutos y lavar como de costumbre.
- Uso corporal: Ideal para cataplasmas en zonas con celulitis, inflamación o dolor muscular. También puede usarse en baños detox.
Se recomienda usar semanalmente. Es apta para pieles grasas, sensibles, con acné, fatigadas o con problemas articulares.






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