Rico en ácidos grasos y vitamina E, es también una fuente de salud para el cuidado de la piel y el cabello. Hidratante y nutritivo, protege la piel de los agentes externos, retrasa los signos de envejecimiento, suaviza las zonas más estropeadas, alivia la irritación y, además, ayuda a combatir el acné…
Un gran remedio para reducir ojeras, fortalecer las uñas y como ingrediente para la elaboración de cosmética natural casera. En masaje, gracias a sus propiedades analgésicas y antiinflamatorias puede ayudarte a reducir molestias y dolores musculares y articulares.
Cuidado facial:
Fortalece y favorece la aparición y crecimiento de las pestañas. Ayuda a reducir las ojeras. Hidratante.
Cuidado corporal:
Efecto emoliente. Suaviza, hidrata y protege la piel de los agentes externos. Alivia la piel seca e irritada. Es buena idea mezclarlo con otros aceites vegetales (almendras, albaricoque, sésamo…) ya que tiene una textura untuosa.
Calma el dolor y reduce la inflamación.
Cuidado del cabello:
El aceite de ricino funciona como acondicionador del cabello. Ayuda a eliminar la caspa y tonifica el cuero cabelludo previendo la caída del pelo. Ideal para mezclar con otros aceites (almendras, albaricoque, sésamo…)
Niños:
Mezclado con aceite de caléndula hidrata la piel delicada del bebé. En masaje ayuda a calmar el dolor asociado al cólico del lactante.
En la cocina:
No debe usarse en la cocina debido a su propiedad laxante.
Cosmética casera:
El aceite de ricino se usa en la elaboración de cosméticos debido a su alta untuosidad y a su poder emoliente. Para cremas de cuerpo y manos, lociones, jabones, gel, perfumes….
Aceite para masaje:
Ideal para aliviar el dolor gracias a su efecto calmante y antiinflamatorio. En caso de artritis, esguinces, contracturas y dolor muscular general.
Baño:
Alivia el cansancio y las piernas hinchadas. También para calmar el dolor muscular y óseo.
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